Monday, September 20, 2010

Fotos de boda


                                              Dulce Maria y Esteban, Enero 17 del 2008.

Esteban conoció a su Dulce María cuando ambos eran dos jovenzuelos, hijos de familias dedicadas al cultivo del tabaco, en un intrincado lugar conocido como Los Mogotes de Pinar del Río. Ella era huérfana de madre desde sus seis años y se crió con su abuela, una pinareña robusta que se había casado con un español de los que llegaban a la isla por aquellos años en busca de fortuna. Era por entonces (según cuenta el enamorado) una muchacha alta y la más hermosa de aquellas lomas.
Largas eran las caminatas que tenía que hacer Esteban desde su bohío a la bodega a comprarle barritas de dulce de guayaba, su dulce favorito.
Dulce María, prendida de amor, un día recogió sus dos vestidos y saltó por la ventana al encuentro de su enamorado para irse a vivir juntos en un bohío que él había construido por aquellos lares. Fue muy impresionante para mí cuando en el año 1988 fuimos en busca de su pasado y encontramos los cimientos de aquella casita. Su sitio lo ocupaba entonces una gigantezca majagua que creció quizás como simbolo del amor que en tiempos pasados llenaba e lugar .
Al nacer su primer hijo se vieron obligados a viajar a La Habana a cuidar de la salud del pequeño, que era muy enfermizo. Le habían dado por nombre Nelson, pero la madre haría la promesa de cambiarle el nombre por Lázaro si éste se recuperaba y, como así fue, el mayor de sus hijos lleva el nombre del santo.
En el poblado de Alturas de Lotería esta pareja de enamorados ha vivido toda su vida y protegido su amor por encima de todas las cosas. En algún tiempo olvidado se figura que firmaron un acta de matrimonio en algún lugar que tampoco recuerdan y que ni siquiera se sabe si existe realmente.  Nunca tuvieron un aniversario de novios o de casados. Tampoco les hizo falta, no al menos para inscribir a sus cuatro hijos.
Toda mujer disfruta un traje de novia, y créanme, nunca es demasiado tarde.  Ese día me di cuenta que todo hombre enamorado también disfruta su trajecito.
Aquel 17 de enero de 2008 ambos disfrutaron del día mas feliz de sus vidas. Ante familiares y amigos de toda su vida, amigas que la ayudaron a ella con sus embarazos mientras él estaba en los cortes de caña durante los primeros años de la Revolución, jóvenes amigos que han sido testigos de tan linda pareja, y la más pequeña generación de la familia, sus nietos, se hicieron estas fotos de boda y se juraron amor eterno. No hubo titulares en la prensa, ni ningún poeta murió de amor. Pero todo el barrio de Lotería vio con alegría el paseo de esta pareja de novios por todo el pueblo.

                                                       Sólo el amor engendra melodías.
                                                                               José Martí

Sunday, September 19, 2010

De segunda mano

Las tiendas de segunda mano se han convertido para mí en un exquisito pasatiempos. Al entrar en ellas siempre las recorro en el mismo sentido. Avanzo despacio con una sensación de intriga por los objetos que he de encontrarme, los observo minuciosamente y me percato de que todos hacen lo mismo. En ocasiones se pueden encontrar artículos que son verdaderas joyas del pasado, pero, ¿de qué pasado?, ¿del pasado de quién? ¿Por qué circunstancias sus dueños se desprendieron de tan valiosos objetos?

Mi amigo Yuris me contaba que los libros que le regalaron de niño fueron los que definieron el curso de su vida y hoy es uno de los mejores periodistas en Cuba. Casualmente he encontrado una preciosa edición en inglés preciosa de "Las aventuras de Peter Pan", con unas ilustraciones hermosas, que pienso regalarle al hijo de una amiga mía para ver si lo salvamos de la tontería y la obesidad.

Thursday, September 16, 2010

Por siempre Callas


Maria Callas (New York, 2 de Diciembre de 1923- Paris, 16 de septiembre 1977)
El amor que viviste fue demasiado grande, un paraíso que un día se empañó y el velo que cubre las tristezas cayó sobre ti, como el manto que cubre los muertos.
La historia de tu vida me fue llegando a retazos. La manera en que Oonassis te enamoró, enviándote flores, como haría después con Jackie Kennedy, su abandono para casarse con ella, tu sufrimiento y tu encierro en aquel apartamento en Paris... Dicen que pasabas la mayor parte del tiempo en el gigantesco y frío cuarto de baño, escuchando tus discos. Alli encontraste la muerte, demasiado temprano.
Mi madre también cree que uno puede morir de tristeza.  Me lo dijo de pequeño cuando Amparo, una vecina nuestra, falleció. Por eso no me es difícil creer que el amor y la tristeza te llevaron a la muerte, y a eso tambien le temo. Bien sé que ser apasionado es demasiado riesgoso.
Esta fue la historia que me atrajo a tu figura. Porque a decir verdad tu voz me parecía de un tono un poco chillón. Con el tiempo he aprendido a escuchar y a apreciar tu voz y la genialidad de tus interpretaciones.

Kuurtn Phalen (musicólogo), que no conozco, dijo algo de ti que me encantó: "Su canto asemeja una herida abierta, que sangra entregando sus fuerzas vitales como si ella fuese la memoria del dolor del mundo."
Estos son días de aniversario de los muertos que me acompañan. Espero, Dios mío, que los vivos me salven.

Wednesday, September 15, 2010

Melancolía


Eran los años entre el 87 y el 89 y al escuchar aquella canción de Silvio Rodriguez era como si sintiera que en algun momento de mi vida hubiese estado en los lugares que él describia. Era como estar en un espacio desconocido, entre el suelo y la nada...
                       
Hoy viene a mi la damisela soledad
con pamela; impertinentes y boton
de amapola en el oleaje de sus vuelos.
Hoy la voluble senorita es amistad
y acaricia finalmente el corazon
con su mas delgado pétalo de hielo.


Yo era entonces apenas un jovencito de 18 años, que no imaginaba los tirones que me iba a dar la vida, las responsabilidades y los arrepentimientos. Estaba en el Servicio Militar y uno de mis compañeros, aficionado a la musica, andaba entre alarmas de combate y preparaciones militares siempre con su guitarra a cuestas, escribiendo canciones para el concurso de la OTI. Nunca seleccionaron ninguna de sus composiciones en aquellos tres años que duró el servicio, pero para nosotros su música era imprescindible. Recuerdo ahora un día, todos dentro de un camión herméticamente cerrado, de vuelta a la unidad, sudando la gota gorda... y yo pidiéndole que me cantara Oh melancolía.

Por eso hoy
gentilmente te convido a pasear
por el patio hasta el florido pabellón
de aquel arbol que plantaron los abuelos.
Hoy el ensueño es como el musgo en el brocal
dibujando los abismos de un amor melancolico
sutil, pálido cielo.


Han pasado los años y aún sigue viva en mí aquella melodia, que casi ya no se escucha. Pero yo la siento llegar a veces, lentamente... Invade mi cuerpo, mi corazón...

Viene a mi, avanza,
viene tan despacio,
viene en una danza
leve en el espacio

cedo me hago lacio.
y ya vuelo ave
se mece la nave,
lenta como el tul,
en la brisa suave
niña del azul.


La siento llegar y no la rechazo, la dejo entrar, la convido a pasear por los lugares que recuerdo y añoro, me hago lacio y no lucho... Me invade, a veces sin justificación; recorro muros, mares, torres iluminadas en el medio de la noche, vísperas de un cañonazo, el patio de mi casa, la mata de naranja, aquel puente que no quisiera recordar... La obligo a que me acompañe, sobretodo a esos lugares de arrepentimiento...
Me estremece, juega conmigo un poco y despues se marcha, dejándome cansado de tanto ir y venir.
                         
Oh melancolía, novia silenciosa,
intima pareja del ayer.
Oh melancolía, amante dichosa,
siempre me arrebata tu placer.
Oh melancolía, señora del tiempo
beso que retorna como el mar.
Oh melancolía, rosa del aliento,
dime quien me puede amar.


En la imagen: Melancolía, pintura de Eduard Munch.

Divas cubanas (y un gran profesor)


Suman ya siete las chicas que se ponen en las manos de este genial profesor, y genial persona: Many Pérez. Hay que ver lo que logra con estas muchachas, todas de origen cubano y que han llegado a él por circunstancias especiales de sus vidas y confiadas le "entregan" sus voces.
Cuando uno lo conoce, constata su gran dominio de los temas de la ópera y la cultura universal. Pero también la manera muy suave con que se comunica con los que le rodean. Uno se da cuenta de que algún velo de ángel lo protege.
Con todo el éxito mundial que ha alcanzado su primera alumna, la soprano Eglise Gutierrez, Many se ha puesto en lo más alto de la cultura de esta ciudad, y para los que hemos tenido el honor de conocerlo es un regalo contar con su amistad y la de sus "pequeñas" divas, cuyas carreras apenas comienzan y que sin duda llegarán muy lejos.
Estas criaturas sensibles son de una levedad extrema, cuando uno esta entre ellas pareciera que flotaran todas alrededor de su querido mentor.
No tendría palabras más sencillas para describir un encuentro con ellos: es de lo más sublime que pueda experimentar el hombre, estar en contacto con el sonido y la energía que de sus voces salen. 
¡Y ahí están! Entre nosotros, al alcance de todos y brindándonos lo mejor de la ópera mundial. Gente de nuestra tierra, gente que nos ama y cuyo amor nos llena de orgullo. Yo, con lo mono que suelo ser, siento que entre ellos la calma me abraza. Floto a mi antojo.

En la foto, Many Pérez con la soprano Elizabeth Caballero

Tuesday, September 14, 2010

Rosas para mí


La conocí en uno de esos salones de belleza al que solía acudir más que por salir con un buen corte de cabello, para mitigar la depresión de aquellos primeros tiempos. Raquel, mi amiga, recién se graduaba de la escuela de cosmetología y la habían contratado. Creo que por entonces yo era su único cliente.
Me la presentó Betty, la dueña del salón. Ella no dejaba de hablar de sus experiencias sexuales del sábado anterior en la noche donde había conocido a un mulato y se habían jurado amor eterno.
Siempre me han gustado las conversaciones libres de convencionalismos,  por lo que a los pocos minutos yo también le juraba ser su amigo eterno. Nos reímos hasta más no poder y al despedirnos aquella tarde los dos nos despedimos con la sensación de haber conocido a otro semejante en el desierto.
Al segundo encuentro yo regresaba a recibir los desastrosos tijeretazos de Raquel y de paso a hacer un poco de terapia (no hay mejor lugar que una peluquería, con el barullo de las peluqueras criticando a cuanto artista mejicano existe, para dejar atrás el estrés y la depresión). Deprimente opción, pero los terapeutas cobran muy caro y no te dejan tan bonito. Ella estaba allí entre risas y cuentos. Me recibió con un abrazo y un "¡MI AMIGO!" que se escuchó en toda la cuadra. En sus ojos había un brillo que de tanto verlo en los míos lo podía reconocer en los demás. Percibía que detrás de tanta alegría y apariencia de gloria había un cuerpo que estaba casi al derrumbarse. Es algo que se presiente, esa suave melancolía que por mucho que tratas de apretar la garganta se te sale por los ojos. Al despedirnos aquella segunda tarde, antes de que me fuera, fue al vendedor de flores y me trajo un ramo de rosas rojas.  Yo no sabia cómo aceptarlas, ni si debía ir y comprarle otras a ella en retribución. Ella no me dejó mencionar las palabras de agradecimiento y en un arranque de valor me dijo que en esos últimos días que le quedaban libre yo había sido alguien muy lindo que había conocido y se llevaría a la cárcel con ella el grato recuerdo de mi amistad.
Sólo me explicó que había estado en el lugar incorrecto a la hora incorrecta y que después de dos largos juicios ya tenía la sentencia. Ahí el del nudo en la garganta era yo, con el primer ramo de flores que me regalaban y la circunstancia de no saber qué decir en tal situación.

Monday, September 13, 2010

¡Este soy yo! No el que sale a la calle...


Este soy yo, no el que sale cada día a la calle a cumplir con su trabajo y con lo que un grupo de personas (la inmensa mayoría) cree que es lo adecuado. Vivía con la secreta esperanza de que el lugar donde iría a parar sería un lugar donde podría salir a limpiar mi jardín y sembrar una planta, lo mismo desnudo que vestido de Abraham Lincoln, o cualquiera de los reyes franceses.
Era grato soñar con una sociedad altamente civilizada donde muchos temas que creíamos tabúes y pasados ya no fueran objeto de debate o de discusión. Lo que no ha sido grato ni dulce es llegar a saber que todo era mentira. Hoy sé que donde único me podría vestir diariamente de lo que me diera la gana (por cierto María Antonieta de Francia seria mi disfraz favorito, me lo pondría todas las semanas) sería en un manicomio, pero tampoco creo que les presten trajes a los hospitalizados.
Pero como no todos tenemos un jardín secreto, en ocasiones al llegar a la casa me pongo lo que me da la gana. Porque en ese pequeño espacio al menos yo puedo ser el Rey.

Monday, September 6, 2010

Ver para creer

                                                         George Edgar Merrik 1886-1942
                                                               (foto tomada de la Internet)

Esta estatua, dedicada al señor George Merrik, planeador y constructor de la ciudad de Coral Gables, se encuentra ubicada frente al edificio de la alcaldía de la ciudad.
Cada semana, al asistir a la consulta de mi dentista, en el edificio que se ve detrás de la foto, no dejo de asombrarme por la ilusión óptica que la escultura sugiere vista desde el lado derecho. Camino a mi doctor, la observo y llego hasta su oficina con la boca abierta.  El adiestrado galeno pensará que soy un cliente muy disciplinado. Él ni siquiera sospecha lo mal pensado que soy...
(Vista por el otro lado se puede apreciar el brazo del ingeniero con unos planos en la mano).

Saturday, September 4, 2010

Mi Galaxia

                      

                                                      Si ella me faltara alguna vez
                                                      nadie me podría acompañar
                                                      nadie ocuparía ese lugar
                                                      que descubro en cada amanecer
                                                      si me faltara alguna vez...
                                                                            Pablo Milanés.

 Para hablar de Galaxia solo se necesita estar con ella por un rato. Mis amigos, los que la han conocido, nunca me dejan de preguntar por ella cuando después de algún tiempo me llaman por teléfono. Ellos saben cuánto significa para mí. Ellos saben lo especial que es, lo han experimentado, han sentido su lengua garrasposa en sus labios.
Ella es dueña de todos los espacios. Se apodera del sol, de la luna, de la brisa del viento que agita sus orejas. Explora con su mirada todo el entorno del patio y lo husmea cada día como en busca de algo nuevo. Terminada esta tarea se sienta en algún lado del patio para entonces llamarte con su mirada, retándote a que vayas en su búsqueda, retándote a que la atrapes, hasta que se echa a correr. Nadie le gana, nadie la agarra. Ella es dueña del terreno que explora cada día.
Con cuatro años se ha acostumbrado a los brazos y en su lenguaje canino me indica que quiere que la cargue. Y lo hago. La beso y la aprieto fuerte contra mi pecho, le digo bajo en su oído que la quiero.
Ella me retribuye todo el cariño que le doy cada día después de llegar del trabajo. Por muy malo que haya sido el día, al llegar a la casa y escuchar sus ladridos, y sentir sus lenguetazos en toda la cara, me olvido absolutamente de todo.
De niño mi papa nunca nos dejó a ninguno de los cuatro hermanos tener un perrito. Me duele cuando veo que un niño le pide una de estas criaturas tan cariñosas a sus papás, les prometen salir bien en los   exámenes, ser disciplinados en todo el año, para quizás al final del año les permitan tener uno.
Me parece lo más egoísta que puede hacer un padre con un hijo, al cual desde que nace le tienen contados los días para que se haga un hombre o una mujer y se vaya de la casa.
Mi amor por éstos y los demás animales, de los cuales estuve alejado por mi papá, me llegó tarde, pero al menos me llegó. Estoy salvado.                                               

Thursday, September 2, 2010

De Dulce María Loynaz (mis poemas favoritos)


En estos días he vuelto a un libro que "visito" varias veces en el año: Dulce María Loynaz, Obra lírica, Versos (1920-1938), Juegos de agua  y  Poemas sin nombre.
    
En la nota preliminar de este libro, Federico Carlos Sains de Robles refiere a otro libro de esta autora, Jardín: en la obra de Dulce María hay que buscar algo más trascendental: el mundo maravilloso que cada uno no nos supimos crear, pero que todos añoramos incesantemente.

También describe el mundo en que se educó esta cubana, hija de una de las más nobles y antiguas familias de la Isla.

Para mí esta mujer siempre ha sido un misterio, recuerdo haberla visto solamente una vez en la television. En 1998, cuando exhibieron el filme Titanic, fui con mi amiga Mavis a la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, instalada en los jardines de una mansion en Playa. Era el lugar más lindo que yo habia visto en la Habana, y la sala de cine más bella en la que he estado. Mavis me dijo en esa ocasion que aquella mansión había sido de Dulce María Loynaz.

A los amigos a los que no les puedo prestar esta reliquia, y tampoco recitar estos hermosos textos, les dejo unos cuantos poemas de este maravilloso libro. Mis favoritos:
               
MI TRISTEZA ES SUAVE...
Mi tristeza es suave como un claro de luna:
ni queja ni temor
has de encontrar en ella nunca.
Mi tristeza es suave como un claro de luna,
como un verde temblor
de agua o de brisa entre los árboles...
(mi tristeza es tan suave
que casi parece una sonrisa....)


POEMA XXXVIII        
Si dices una palabra más, me moriré de tu voz;
me moriré de tu voz, que ya me está hincando
el pecho, que puede traspasarme el pecho como una
aguda, larga, exquisita espada.
Si dices una palabra más con esa voz tuya de acero,
de filo y de muerte ; con esa voz que es como una
cosa tangible que yo podría acariciar, estrujar, morder;
si dices una palabra más con esa voz que me pones
de punta en el pecho, yo caería atravesada,
muerta por una espada invisible, dueña del camino
más recto a mi corazón.


POEMA XXXIX
Ven, ven ahora que quizá no sea demasiado tarde
todavía
Ven pronto, que quién sabe si no se ha perdido
todo; ven; y si fuera tiempo... y si la vida quiso
esperar un minuto más?...
Ven, por piedad; no escuches al que ha hablado
de muerte, no rompas tu cántara vacía, no mires a la
sombra que se ha hecho... cierra los ojos y corre,
corre, a ver si puedes llegar más pronto que la noche.


POEMA XL            
Para que tú no veas las rosas que haces crecer,
cubro mi cuerpo de ceniza...De ceniza parezco
toda, yerta y gris a la distancia; pero, aun así, cuando
pasas cerca, tiemblo de que me delate el jardin, la
sofocada fragancia.
                                    
POEMA XLIX
Yo guardaré para ti las últimas rosas...
porque no hayas sembrado, no tengas miedo de
encontrar la casa vacía. Porque no la cerraste para la
tormenta, no pienses que otros no pondrán su pecho
contra el viento.
Ninguno firme como el tuyo, ninguno seguro como el
tuyo cuando quiso serlo; pero con el huracán
a la puerta, todos sabremos defenderla...
Yo salvaré la casa y el jardín, yo recogeré todo
lo que aún es digno de guardarse, menos quizá, de
lo que cabe en el hueco de mis manos...
Pero yo guardaré para ti las últimas rosas, y
cuando tú vuelvas y veas la casa sin luz, el jardin
devastado, piensa con un poco de emoción
que todavía hay rosas para ti.