Monday, January 24, 2011

Pasaporte actualizado

Los amorosos callan.
El amor es el silencio más puro.

Esta frase aprendida de tanto repetirla, debería practicarla más a menudo, no solo se gana sabiendo las cosas si uno en la guerra no las practica. El amor es como una guerra de pensamientos donde el más entrenado siempre sale vencedor. Lo sabía, pero no me callé. Hablé como una cotorra (muy a menudo soy como una cotorra y solo Daysi mi amiga sabe calmarme con una de esas pastillitas que me tranquilizan esta existencia avasalladora, sí, porque mi existencia es tan avasalladora que me pongo a escribir disparates que quizás solo yo entienda a estas horas de la noche). ¡El caso es que hoy un hombre! Un hombre ha acabado conmigo, me cogió desprevenido cuando mi verborrea había comenzado y ya era tarde para parar. Él, con una sola mirada, no me pudo detener, ¡sintió ganas de correr! Últimamente todos los que pasan cierto tiempo conmigo sienten ese deseo desenfrenado de salir corriendo... El último fue a dar a la China y lo peor de todo es que no se llevó un boleto de regreso (espero por su bien que las bolitas de arroz no le aumenten los carbohidratos en sangre, pues el seguro al cual aplicó se lo han negado), a lo mejor entre los asiáticos encuentre la cura a todos los males, dicen que los chinos lo curan todo, para mí lo que lo cura todo, no cura nada, sino que me digan quien se ha curado una úlcera tragándose esos apestosos pedacitos de sábila, y dicen que la dichosa y apestosa sábila lo cura todo: el herpe simple, la úlcera, los parásitos vaginales, el acné juvenil, congelada desinflama las hemorroides, nada, que si la sábila fuera masculina me casaria con ella, al menos no saldría corriendo.

Continentes... tengo miedo ahora mismo que no alcansen los cinco que hay para huir de mí. Este hombre espero que se quede, espero que vea mi transparencia, y que entienda que los que bien saben amar no piensan, el corazón y el cerebro nunca han sido buenos amigos, y los míos conviven en perenne fajazón...

Este año ha sido de muchas pérdidas, pérdidas en vida, que en ocasiones son mas difíciles de curar, mi amiga Betty lo sabe bien, dos amigos se han ido, para siempre, brúscamente se fueron de mi vida, dejándome sin poder disfrutar la Navidad, al parecer San Valantain no me la pasaré solo, para ello deberé dormir ocho horas diarias como todos los humanos, hablar solo lo necesario como los humanos sensatos, y no dejarme llevar por los impulsos, en fin dejar de ser yo mismo para que los otros no cojan su pasaporte actualizado rumbo a un destino lejano de American Airlines.

Coño, ahora que lo pienso, American debería de darme comisión por las millas que recorren los que huyen, los que se espantan, los que se justifican conmigo para hacer lo que desean...

¡Pero este no, coño, este no! A este, si sale corriendo, le caigo atrás y no paro hasta que lo convenza con un beso para que se quede.

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