Thursday, November 11, 2010

Las acomodadoras

Ayer, conversando con Betsy, camino a ver el último ensayo de Turandot, (donde, por cierto, Elizabeth Caballero se llevó la gran ovación por su magistral interpretación de la Liu), se me ocurrió sacar una linterna que traía en el carro, le alumbré la cara y dije que yo haría el papel de acomodadora. Ella me preguntó qué cosa era una acomodadora, pues nunca ha estado en un cine en Cuba.
Contándole, me transporté a mi infancia y juventud, al viejo cine "Salon Rosa" en el Cotorro. Allí la acomodadora era una señora que de toda la vida ocupó esa plaza.  La recuerdo maquillada muy meticulosamente. Se podía sentir el olor del polvo del maquillaje cuando uno caminaba detrás de ella rumbo al asiento que ella te encontraba, su pelo impecable, recogido en un moño francés... Casi siempre estaba vestida de negro a la entrada de la sala de proyecciones, a la espera de los que compraban los boletos.
La mayoría de estas acomodadoras eran mujeres muy educadas y dedicadas a su  labor. Andaban siempre muy calladas y con su linterna alumbraban casi siempre a los pies y localizaban el asiento. Se desplazaban tratando de hacer el menor ruido posible. Uno se daba cuenta de la importancia le de su trabajo en cines grandes, sobre todo cuando estaban llenos. Creo que en algún momento quise hacer ese trabajo, me imaginaba viendo la misma película todas las veces que la proyectaran.  Hasta podría aprendérmelas de memoria, imitar los personajes que me gustaran, vivir en esas imágenes por un tiempo, y hasta viajar a través del cine. Betsy, al final de mi explicación, me dijo solamente tres palabras:  ¡Oh, qué dulce!, un homenaje a ellas y a lo que todavía hacen en los cines de Cuba.

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