Thursday, October 14, 2010

Canción de borracheras

Todos tenemos una cancion que nos marca diferentes momentos en la vida. Hay quienes tiene una sola cancion, esos son los más afortunados, lo que no quiere decir que los que tengan varias, o todo un cancionero, no puedan que sean muy felices tambien.

Hoy, escribiéndole a un amigo muy querido, he recordado esa cancion que por años me acompañó, quizás como un anuncio de lo que sucedería despúes. Los artistas logran crear obras que despúes se convierten en tu destino. Me la pedían y casi me rogaban que la cantara una y otra vez, claro no hay melodía mal entonada cuando media una botella de ron y cuando crees que lo que estás haciendo lo haces con el corazón. A lo mejor chillaba más que una chiva cuando cantaba esa triste cancion de Silvio Rodriguez (siempre vuelvo una y otra vez a él) porque creo que su música podria describir mi vida o la de muchos.

Hasta fama de oráculo le estoy dando, pero es cierto, no ha habido cancion de él que memorizara, que de una u otra forma se asemeje a momentos vividos. Pocos podrán dar fe de lo que estoy diciendo, pero no lo estaria escribiendo si momentos antes no me hubiese emocionado con esta letra que descubro intacta en mi memoria después de más de nueve años.

Disfruté tanto tanto cada parte
y gosé tanto tanto cada todo
que me duele algo menos cuando partes
porque aquí te me quedas de algun modo.
Ojalá nunca sepas cuanto amaba
descubrirte los trillos de la entrega
y el secreto esplendor con que esperaba
tu reclamo de amor
que ya no llega.
Anda, corre donde debas ir
anda, que te espera el porvenir
vuela, que los cisnes están vivos
mi canto está conmigo, no tengo soledad.
Si uno fuera a llorar cuando termina
no alcanzaran mis lágrimas a tanto
nuestras horas de amor casi divinas
es mejor despedirlas con un canto.


Hoy la he vuelto a cantar para mi hermana Mercedes, que tanto me pedia que se la cantara; para Mario; para Alberto Luis, que tantos golpes en el pecho se dió con ella; para Matilde, Eleida, Milagros, Luis Felipe (otro borracho que  tanto lloraba por sus amores perdidos), Maricela, Zandra Carbajal (que aunque era de sangre real, casi como Lady Di, le encantaba la nueva trova); para Pablito el cartero; para Zael, que llegaba con lo ultimo de Maná; para Xiomara, la manicurista que escuchándola lloraba por su amante secreto que todo el mundo conocía; para Yuris, que probablemente haya escuchado su ultima version. Y para mi madre, pues al llegar a casa se la repetía.

Silvio: Realmente no se si deba darte las gracias por esta bella cancion. ¿Nos decias que de las cosas queridas uno no se debe alejar?

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