Sunday, October 24, 2010

Mercedes

Nació de parto natural, efectuado en la propia casa por una comadrona a la que todavía mi padre le debe los tres pesos que costaban esos partos caseros por aquella época. He llegado a pensar que el evidente avance de la locura en mi hermana pueda deberse a una maldición de aquella mujer estafada.

Las mujeres en mi familia siempre comienzan siendo extremadamente bellas en su juventud y después, con el tiempo, se van consumiendo poco a poco. También son muy amadas, sus esposos las adoran... Pero el amor no es la cura de todos los males. Hasta las más simples de las preocupaciones las afectan sobremanera.

Cuando ella dejó el trabajo -por el cierre del Instituto Tecnológico donde era secretaria- se pasaba largas horas del día jugando al solitario con un viejo juego de cartas españolas y se mordía la lengua, manía que habia cogido de tanto jugar sola. No apartaba la mirada del juego hasta que no terminaba, sus amigas y yo  notábamos el raro comportamiento de mi hermana en aquella vieja casa, sola y abandonada. Sandra, la Lady Di del barrio, llegó para salvarla del hastío de cada día. Mi hermana entró en la cofradia de Lady Di y sus horas de té y recuperó la cordura.

Las revistas Vanidades sustituyeron a las barajas españolas, y luego llegaron las botellas. Comenzó a colecionarlas de todos los países y las ponía encima del refrigerador: ese era su modo de viajar por el mundo y conocer lugares. Las tenia de muchos países: España, Portugal, Brasil, Chile, Argentina... Y hasta de Italia habia conseguido una, con una jinetera del reparto que se había logrado casar con un italiano y fue a parar a Venecia (la jinetera, no mi hermana... mi hermana en la vida solo ha sabido ser secretaria A).

Todavía se muerde la lengua, en un gesto raro de manía incontrolable. Nunca pude alcanzar su paso, camina a una velocidad que nadie la alcanza y a veces por gusto, porque cuando adelanta entonces tiene que esperar a que el otro llegue. Pero su corazón late fuerte y está sano. Yo sé que está sano, lo sé cuando miro sus ojos, cuando sin quererlo salen de ellos lágrimas que no son por ella, sino por otros.

Mi comadre Yarima que lee este blog todos los días, le tiene mucho cariño, los dos queremos mantenerla sana, pero yo sé que en mi familia las mujeres se aferran a la locura... También temo por mi sobrina a la que tampoco ya puedo alcanzar al caminar, noto que me tiene que esperar cuando voy a mi Cuba querida y paso los días con ellos. Se preocupa demasiado por Claudia, su niña de cinco años, y sus uñas son muy cortas de tanto masticarlas. Les mando todo mi amor, se los hago llegar diariamente... pero yo bien sé que el amor no es la cura de todos los males.

No comments:

Post a Comment